PROXIMO ESTRENO VIA STREAMING Y PRESENCIAL "RADIO PIPORRO Y LOS NIETOS DE DON EULALIO"

                 RADIO PIPORRO Y LOS NIETOS DE DON EULALIO

 

Dramaturgia y dirección: Víctor Hernández

Elenco: Roberto Cázares y Víctor Hernández


Dos actores dicen ser los nietos del máximo icono norestense de cultura popular, el señor Eulalio González “El Piporro”. Estos fieles seguidores buscan adentrar a los espectadores en la vida alucinante de su “abuelo” a través de la frecuencia modulada de su programa: “Radio Piporro y Los Nietos de Don Eulalio”.

En este viaje delirante se entreteje la ficción, el falso documental, destellos de la historia de Nuevo León y la autobiografía de los actores, para mostrar la inherente violencia que se vive en el norte, a partir de una constante confrontación con su sentido de pertenencia y su identidad cultural.


Radio Piporro y los Nietos de Don Eulalio

·         Los temas principales del montaje son: La búsqueda de identidad, el sentido de pertenencia, la migración, la nostalgia y la preservación por la cultura popular Norestense.

·          La compañía La Canavaty llega desde Monterrey al foro Shakespeare a dar 18 funciones.

 

 

Radio Piporro y los Nietos de Don Eulalio, es una puesta en escena atrevida y memorable, que llega desde Monterrey a la Ciudad de México, escrita, dirigida e interpretada por Víctor Hernández, acompañado por Roberto Cazares en la interpretación, la cual ofrecen 75 minutos de diversión, melancolía y reflexión, durante 18 funciones.

Es un viaje delirante donde se entreteje la ficción, el falso documental, destellos de la historia de Nuevo León y la autobiografía de los actores, para mostrar la inherente violencia que se vive en el norte, a partir de una constante confrontación con su sentido de pertenencia y su identidad cultural.

Radio Piporro y los Nietos de Don Eulalio cuenta que dos actores dicen ser los supuestos nietos del máximo icono de cultura popular del noreste, el señor Eulalio González “El Piporro”. Estos fieles seguidores buscan adentrar a los espectadores en la vida alucinante de su “abuelo” a través de la frecuencia modulada de su programa: “Radio Piporro y Los Nietos de Don Eulalio”.

Con esta metaficción historiográfica se adentran en la vida alucinante de su personaje idolatrado. Se representan a través de él para contar desde su nacimiento su eterno escape de los colonizadores reptilianos sefarditas (los que dominan la ciudad y tienen el gran poder económico) que controlan perros bravos, y que, al capturarlo, pretenden adjudicarle una cultura que no le pertenece

El autor comenta: “Al hacerme preguntas sobre el contexto geográfico dónde nací y en el origen de mi ascendencia, me encontré con el único vestigio que me revelaría respuestas y me empatizaba con mi abuelo, un disco del Piporro. Ante la inexpresividad y el delirio de mi abuelo para relatarme su historia de vida y sin encontrar objetos significativos en sus pertenencias, decidí re-significar su historia fusionando su vida con la de Eulalio González, “El Piporro y con la mía.

Con la fusión de esta primera, segunda y tercera persona, construí un personaje idílico con el propósito de encontrar un sentido al origen de mi existencia. Le di vida a esta figura emblemática para que me represente, representarlo y representarnos. En esta puesta en escena se tocan temas tales como el origen de nuestra locura a través de la crisis de identidad, el amor y la muerte como pulsión de olvido, y la otredad.”-

También comenta que la acción que se comparte en esta pieza, se construye a partir de pensar la vida de Eulalio González “El Piporro”, la de su abuelo y la suya, tal como fue, tal como pudo ser y como le hubiera gustado que fuera.

En este cruce de tiempos, se busca retratar la nostalgia de una cultura que ya no existe, pero que repercute y que es fundamental cuando se cuestiona el sentido de pertenencia y, sobre todo, el origen de su identidad. Observamos el pasado, para entender el presente y vislumbrar un futuro.

Radio Piporro y los Nietos de Don Eulalio, es una producción de la compañía La Canavaty.





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